El estrés es una respuesta de nuestro organismo que consiste en movilizar recursos, tanto físicos como psicológicos, para hacer frente a demandas externas o internas que se han interpretado como una amenaza.
Por tanto, el estrés no es lo mismo que la carga (laboral, emocional, o del tipo que sea). El estrés es el fruto de la interacción entre una determinada demanda o amenaza y la capacidad del organismo para darle respuesta. O, mejor dicho: es fruto de la interacción entre la percepción (no siempre consciente) que tiene la persona de dicha amenaza y la percepción que tiene de sus recursos para hacerle frente.
Así, una misma situación puede ser generadora de estrés para una persona pero no para otra. No obstante, las situaciones generadoras de estrés suelen compartir unas generalidades:
La respuesta de estrés, guiada fundamentalmente por la activación del Sistema Nervioso Simpático, tiene un fin adaptativo, ligado a la supervivencia. Mediante un incremento de la activación, nos permite aumentar nuestro rendimiento en situaciones puntuales en las que algo muy importante está en juego.
Sin embargo, el exceso de estrés puede perjudicar gravemente tanto el rendimiento como la salud de las personas, a nivel físico y psicológico. Este exceso de estrés puede ser cuantitativo o cualitativo, y puede ser fruto de la exposición a demasiadas situaciones estresantes, o en un periodo de tiempo demasiado prolongado (no olvidemos que la respuesta de estrés está diseñada para actuar a corto plazo), o de la exposición a una amenaza demasiado grande o para la que no se tienen recursos suficientes.
Dado que la respuesta de estrés desencadena cambios hormonales que afectan a todo el organismo, las consecuencias del exceso de estrés pueden ser muy variadas.
En el plano físico, el exceso de estrés sostenido aumenta la vulnerabilidad a padecer, entre otros:
En el plano psicológico, algunas de las manifestaciones del exceso de estrés pueden ser:
Como hemos visto anteriormente, la respuesta de estrés es en su origen algo positivo para el organismo. Sin embargo, cuando esta respuesta se mantiene demasiado tiempo o es excesiva, sus efectos son muy negativos tanto en el plano físico como en el psicológico. El objetivo del tratamiento del Estrés debe ser, por tanto, regular dicha respuesta de estrés.
La forma más eficiente y eficaz de regular la respuesta de estrés pasa por actuar simultáneamente con dos focos:
Si padeces sintomatología relacionada con el estrés, puedes contactar por correo electrónico, Whatsapp o pedir más información en una cita telefónica gratuita y sin compromiso
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